Canosas va tengo las sienes
y blanquecina la cabeza.
Pasó ya la juventud graciosa,
y tengo los dientes viejos.
Del dulce vivir el tiempo
que me queda ya no es mucho.
Por eso lloro a menudo,
tengo miedo del Tártaro.
Porque es espantoso el abismo
del Hades, y amargo el camino
de bajada...
. . . seguro además
que el que ha descendido ya no vuelve.
Anacreonte de Teos