Pues es hermoso morir si uno cae en vanguardia
como guerrero valiente que por su patria pelea.
Que lo más amargo de todo es andar de mendigo,
abandonando la propia ciudad y sus fértiles campos,
y marchar al exilio con padre y madre va ancianos,
seguido de los hijos y de la esposa legitima.
Porque ese será un extraño ante quienes acuda
cediendo a las urgencias de la odiosa pobreza.
Afrenta a su linaje y baldona su noble figura
y toda clase de infamia y ruindad le persigue.
Si un vagabundo así ya no obtiene un momento de dicha
ninguno, ni vergüenza ni estima ninguna,
entonces con coraje luchemos por la patria y los hijos,
y muramos sin escatimarles ahora nuestras vidas.
!Ah, jóvenes, pelead con firmeza y codo a codo;
no iniciéis una huida afrentosa ni cedáis al espanto;
aumentad en vuestro pecho el coraje guerrero,
y no sintáis temor de hacer frente al enemigo!
y a vuestros mayores, que ya no conservan ligeras las rodillas,
a los viejos, no les abandonéis atrás al retiramos,
Vergonzoso es, desde luego, que, caiga en vanguardia
y quede ante los jóvenes tumbado, un hombre ya maduro,
que tiene ya blanca la cabeza y canosa la barba,
y queda exhalando su ánimo audaz en el polvo,
con el sexo cubierto de sangre en sus manos
-bochornoso espectáculo es ése y exige venganza-
y su cuerpo desnudo. En cambio, todo es bello en un joven,
mientras la flor flamante de la amable juventud posee.
Es admirado por los hombres y suscita el amor en las mujeres
mientras esta vivo, y hermoso es si cae en vanguardia.
Así que todo el mundo se afiance en sus pies
y se hinque en el suelo mordiendo con los dientes el labio.
Tirteo de Esparta