El hogar y la lámpara...
El hogar y la
lámpara de resplandor pequeño;
la frente entre
las manos en busca del ensueño;
y los ojos
perdidos en los ojos amados;
la hora del té
humeante y los libros cerrados;
el dulzor de
sentir fenecer la velada,
la adorable
fatiga y la espera adorada
de la sombra
nupcial y el ensueño amoroso.
¡Oh! ¡Todo esto,
mi ensueño lo ha perseguido ansioso,
sin descanso, a
través de mil demoras vanas,
impaciente de
meses, furioso de semanas!
Lasitud
Encantadora mía,
ten dulzura, dulzura...
calma un poco,
oh fogosa, tu fiebre pasional;
la amante, a
veces, debe tener una hora pura
y amarnos con un
suave cariño fraternal.
Sé lánguida,
acaricia con tu mano mimosa;
yo prefiero al
espasmo de la hora violenta
el suspiro y la
ingenua mirada luminosa
y una boca que
me sepa besar aunque me mienta.
Dices que se
desborda tu loco corazón
y que grita en
tu sangre la más loca pasión;
deja que
clarinee la fiera voluptuosa.
En mi pecho
reclina tu cabeza galana;
júrame dulces
cosas que olvidarás mañana
Y hasta el alba
lloremos, mi pequeña fogosa.
Chanson d’Automne
Les sanglots
longs
Des violons
De l'automne
Blessent mon coeur
D'une langueur
Monotone.
Tout suffocant
Et blême, quand
Sonne l'heure,
Je me souviens
Des jours anciens
Et je pleure
Et je m'en vais
Au vent mauvais
Qui m'emporte
Deçà, delà,
Pareil à la
Feuille morte.
Canción de Otoño
Los largos
sollozos
De los violines
Del otoño
Hieren mi
corazón
Con monótona
Languidez
Todo sofocante
Y pálido, cuando
Suena la hora,
Yo me acuerdo
De los días de
antes
Y lloro
Y me voy
Con el viento
malvado
Que me lleva
De acá para
allá,
Igual que a la
Hoja muerta.