miércoles, 20 de mayo de 2020

Orgullo y prejuicio, 4


Por Alexandra Vuscan

XIII

Mr. Bennet le da una noticia inesperada a su familia, su joven primo viene a hacerles una visita y piensa quedarse unos días con ellos. La presencia de Mr. Collins, que es así como se llama el joven, no resulta alentadora para Mrs. Bennet y sus hijas, puesto que ese hombre es la única persona que puede arrebatarles la propiedad de su padre tras el fallecimiento de este, todo recopilado en el testamento.
Las deja protestar, sobre todo a Mrs. Bennet, ya que es su especialidad, y finalmente les enseña la carta que ha recibido de su parte. En ella el joven se muestra tremendamente
educado y manifiesta su tristeza hacia las condiciones del testamento. Lo más llamativo es que deja en claro que pretende compartir algunas cosas con sus primas y de ninguna manera las dejaría sin herencia, aunque en ningún momento dice cómo lo hará. A Lizzy esto le resulta extraño y sospecha de sus intenciones ocultas, su lenguaje le resulta
excesivo y le parece absurdo que se disculpe por ser el dueño de la propiedad. Su padre está de acuerdo con ella. Mrs. Bennet, sin embargo, había cambiado de parecer y a su
llegada se muestra deseosa por conversar, las mujeres son las que comienzan con el parloteo y él responde felizmente a sus preguntas. Mrs. Bennet le agradece lo que va a hacer por sus hijas y su interlocutor le resta importancia, destaca su amabilidad y por el momento resulta agradable.

XIV

La cena continúa y Mr. Bennet toma la palabra preguntándole al forastero acerca de la dama que lo tiene en tan alta estima y que tanto lo había ayudado, lady Catherine (de quien Lizzy no había oído hablar hasta entonces). Él se muestra aún más solemne si es posible y la elogia diciendo que es una mujer extremadamente encantadora y nada orgullosa (que es lo que se decía de ella). Tiene una hija, ambas son inseparables, y a pesar de ser viuda, posee una gran cantidad de propiedades que la ayudan a salir adelante.
Más tarde, le dan a Mr. Collins un libro para que lea, pero se muestra raro y se excusa diciendo que no lee la clase de libros que se le había ofrecido. Cuando le traen el que él considera adecuado, Lydia se va de la lengua y deja de prestar atención, lo que su primo toma como una ofensa y, mientras, el resto de la familia se disculpa por ella.

XV

En este capítulo averiguamos las intenciones de Mr. Collins de casarse lo antes posible, en su plan estaba la idea de escoger a alguna de sus primas y se decanta por Jane, la mayor y más hermosa; pero más tarde se percata de que ella ya ha elegido a alguien más y centra su atención en Lizzy, la siguiente que destaca por esas cualidades a sus ojos y la segunda más mayor. Las más pequeñas sólo estaban interesadas en aquellos hombres de uniforme.
Salen todas a dar un paseo con él excepto Mary, ya que Lydia tenía pendiente un asunto en Meryton. Por el camino se encuentran con un oficial que Lydia conoce, Mr. Denny, quien insiste en presentarles a su amigo (también oficial) Mr. Wickham. Este les resulta inmediatamente atractivo. Pero después de esto sucede algo muy extraño, se cruzan con
Mr. Bingley y Mr. Darcy, y este último saluda fríamente a Mr. Wickham, lo que sorprende notablemente a Lizzy. Mr. Collins se sigue mostrando respetuoso en casa de Mrs. Philips, a quien habían ido a visitar.

XVI

A su llegada a Meryton, Collins se siente ignorado por sus primas (sobre todo por Elizabeth) y se dedica a charlar animadamente con Mrs. Philips. Lizzy por su parte, se encuentra a sí misma en una conversación sobre el tiempo con el mismísimo Mr. Wickham. Ella desea saber más acerca de esa enemistad que tiene con Mr. Darcy, pero no se atreve a preguntar; aunque no es necesario ya que él mismo decide abordar el tema. Le cuenta que el difunto Mr. Darcy (el padre) siempre le había apreciado como a un hijo y a Darcy eso no le había agradado demasiado. Se conocían de pequeños, pero Wickham sabía que Darcy tenía un carácter y orgullo aparte. De hecho es por lo que se le conoce, además de su riqueza y posesión de numerosas propiedades. Luego cambian de tema para hablar de la hermana de Darcy y finalmente de lady Catherine y su hija, a quienes Wickham considera vanidosas y orgullosas.
Para cuando tuvieron que volver a casa, Lizzy estaba completamente fascinada con Mr. Wickham, pero no pudo tratar el tema ya que Lydia y su primo no paraban de parlotear de otras cosas insignificantes.